Miro hacia adelante, miro hacia atrás, vuelvo a repetir la misma acción un montón de veces, pero es imposible, lo que ayer era tan claro hoy es tan oscuro que parece el fondo de un lago, que está entre montañas altas que ocultan el sol. No puedo remediarlo, no puedo dejar de pensar. Quizás exagero al decir esto, pero soy como soy: mis ideas, mis pensamientos, todo lo que tengo en la cabeza soy yo. Me veo taponado, me veo raro, me veo extraño. Simplemente llego a un lugar del largo camino que no ha hecho mas que empezar y me asusto con el primer obstáculo que veo, de que ese obstáculo es muy difícil y no lo voy a poder superar. Y entonces, y entonces es cuando todo yo, pero todo, se va, la ilusión se desvanece, el sueño va invadiendo mi cabeza y mi cuerpo se rinde entero. Luego me despierto, y en mi cabeza en lugar de ilusiones están el hambre de cosechar un nuevo rompecabezas, un nuevo crucigrama, un mundo nuevo. El obstáculo que antes era tan difícil de superar, no es que sea ahora una migaja de pan, pero lo veo más claro, por fin… Es lo que me gustaría que sucediera en este momento, pero me veo otra vez ahí, como al principio, y el sueño que antes invadió mi cuerpo tan solo era una esperanza de despejar mi mente. Ahora por lo menos puedo decir que los sueños nos invaden haciéndonos creer que lo podemos todo, nos confiamos demasiado en que somos más fuertes, pero en la realidad somos tan débiles como un hormiga recién pisoteada en su afán de llevar una cáscara de pipa que pesa cinco veces más que ella para alimentar a su reino, pero lo que me diferencia de ella es que ella sigue con su ganas, casi sin fuerzas, pero sigue queriendo llegar a su reino para completar su camino, mientras que yo estoy casi por dejarlo todo y dirigirme al precipicio que dice “Deja de luchar, aquí se acaban todas tus fuerzas”.
Puede ser que todo lo que acabo de decir sea por la falta de sueño, por la falta de vida que éste implica al carecer de él. No hay de qué preocuparse, este texto me sirve para que esta noche me vaya antes a dormir. Y tal vez algún día contaré mis sueños cuando estos ya no tengan ningún bache por delante.
El otro día puse que hay que luchar por lo que uno quiere, pero también puse que no es tan fácil, que hay baches, personas, pensamientos, acciones que te hacen creer que no vales. Pero también hay que ignorarlos, y es lo que he hecho después de escribir los dos primeros párrafos de este texto.
Puede ser que todo lo que acabo de decir sea por la falta de sueño, por la falta de vida que éste implica al carecer de él. No hay de qué preocuparse, este texto me sirve para que esta noche me vaya antes a dormir. Y tal vez algún día contaré mis sueños cuando estos ya no tengan ningún bache por delante.
El otro día puse que hay que luchar por lo que uno quiere, pero también puse que no es tan fácil, que hay baches, personas, pensamientos, acciones que te hacen creer que no vales. Pero también hay que ignorarlos, y es lo que he hecho después de escribir los dos primeros párrafos de este texto.
Tomás Dadal
2 comentarios:
Muy bueno, en serio, me ha gustado bastante. Soñar es bueno y luchar también. Enhorabuena :)
Soñar es muy bueno y Tomás siempre esta soñando... jaja
Creemos que todos deberíamos soñar siempre y no perder las ilusiones.
También debemos luchar por lo que queremos.
Luisa y Sara L
Publicar un comentario