9 de mayo de 2009

Ven, vámonos juntos a algún lugar, sobre el arco iris...


Creo… que sus ojos eran verdes, pero dudo ¿no era azules? Después de convencerme creo recordar que eran marrones. Sí, eran marrones –pienso-, pero la idea de que sus ojos eran grises va cobrando importancia. Lo conocí en un día de mayo, un día soleado pero de esos en los que nunca sabes qué tiempo hará. Al igual que el tiempo, mi situación era inestable. Como siempre yo andaba distraída, encorvada, ajena y distante del mundo. Mi indiferencia había superado lo normal y todos los días al volver del instituto soñaba con conocer a alguien que me devolviese la ilusión de vivir. Me tumbé en el césped mientras escuchaba una canción que me hace sentir bien: “En algún lugar, sobre el arco iris”. Yo también quería huir y estar en cualquier otro lugar y por qué no, conocer el arco iris.
Podría decirse que advertí su presencia por casualidad, sentado en un banco frente a mí y observándome sin un ápice de maldad. Sigo sin recordar el color de sus ojos y cada vez me convenzo más de que mi percepción varía según mi estado de ánimo. La primera vez que lo vi eran grises y contrastaban con mi deseo porque necesitaba algo nuevo, exótico. Cuando me acostumbré al calor de su mirada los sentí marrones, similares a los míos, cercanos a los míos. Después, cuando me sonrió, creí ver el cielo en aquellos ojos azules. Y cuando dejó de lado la timidez para sentarse a mi lado, sentí que el verde intenso de sus ojos contrastaba con la hierba y el bello paisaje. Intercambiamos palabras sin sentido, información innecesaria sobre nuestras vidas, hicimos oídos sordos al ruido de la gente y no sé cómo vimos salir el arco iris. Me preguntó si me gustaba el arco iris. “Si pudiese escapar a un sitio sería allí”, contesté. Dejé que escuchara la canción. Después de escucharla, me pidió que cerrase los ojos y acercó sus labios para susurrarme una frase al oído. Después se levantó y se fue andando despacio. No lo detuve. En mi mente aún se escuchaba el eco de su voz diciendo Volveremos a vernos en algún lugar, sobre el arco iris.

Khadija El Fhal

3 comentarios:

el guardián dijo...

Muy bien, Khadija. Sabes darle siempre a tus historias un toque especial que las hace muy interesantes. Me gusta mucho lo de la percepción del color de los ojos... Te felicito.

ThoMas dijo...

y a mi gusta un monton toda la historia!! es alucinante!!jejejeje sigue asi Khadija!!! me ha hecho reir mucho, de felicidad!!

el guardián dijo...

Aclaración: A mí también me parece fabulosa toda la historia, de principio a fin.