6 de febrero de 2009

Simon's Cat. "TV Dinner"

EL GATO DE SIMON
Un día estaba mi dueño viendo la televisión y me dije: ¿Por qué no ir a hacerle compañía? No me pareció mala idea, así que me dirigí al salón donde estaba. Me dispuse a llamar su atención maullando, pero esto parecía no funcionar y me estaba aburriendo mucho… Se me ocurrió la idea de arañar un poco el sofá, para entretenerme. Esto parecía que funcionaba, llamaba la atención de mi dueño, pero de diferente forma a la que deseaba, ya que creo que me estaba regañando. Al subir encima del sofá algo cayó al suelo, pero no le di importancia. Como vi que seguía sin llamar su atención, me paseé sobre sus hombros… Esto parecía molestarle. Me senté a su lado, comencé a mirarle y volví a maullar, pero él seguía sin querer acariciarme y solo me mandaba callar. Entonces fue cuando me di cuenta de que no me haría caso. Y me dije: ¿Y si ahora le molesto hasta que me haga caso? Me puse manos a la obra y me moví rápidamente por encima de su hombro derecho. Él pareció no percatarse, hasta que me vio. Entonces fue cuando me puse a andar por él hasta sus pantalones, comencé a limarme las uñas en ellos. Pensé en algo que no le iba a gustar nada y puse toda mi cabeza delante de la suya; esto le impedía ver la televisión y rápidamente me apartó. Me tumbé en su regazo, ya que estaba empezando a sentirme un poco cansado. Él empezó a buscar algo muy nervioso y quería levantarse a buscarlo. ¡Pero de eso nada! Yo estaba muy a gustito en ese momento y no le dejé levantarse. Cuando me di cuenta de lo cómodo que tenía que ser el sofá, dejé a mi dueño y me tumbé en él. En nada de tiempo mi dueño se levantó y me dejó el sofá para mí solo, yo me puse cómodo. Estando allí tumbado, me di cuenta de que algo me molestaba… ¿Qué era? ¡Ah, era la televisión! Así que la apagué para poder dormir, pero todavía algo sonaba, algo en mi interior rugía. Era mi estómago. En ese instante mi siesta se vio interrumpida y me largué a cenar.

SIMON
Estando yo en mi sofá un día cualquiera, viendo mi partido de fútbol… aparece el plasta de mi gato por la puerta. Empieza a limarse las uñas con mi sofá, a continuación se sube en el brazo y, por si fuera poco, tira mi móvil al suelo. Lo que me falta es que venga hacia mí, empiece a restregarse y a tener todas sus uñas clavadas en mi jersey, pero él sigue a lo suyo y yo perdiéndome mi partidito… Al fin parece que se ha calmado un poco, se sienta y sólo me observa. Yo prosigo viendo mi partido, cuando el gato comienza a maullar. ¡Eso ya es el colmo! Le mando callar y menos mal que me hace caso a la primera. Por fin creo que se ha marchado cuando lo vuelvo a oír. Miro para la derecha… y ahí está otra vez bajando por mi jersey, limando sus uñas en mis pantalones y poniendo su cabezón en medio de mi preciada televisión. Encima mi equipo acaba de marcar un gol.
Yo sólo quiero ver mi partido. El gato vuelve a las andadas, se tumba en mi regazo y el móvil comienza a sonar. Pero… ¿dónde está? Está en el suelo. Yo me intento levantar, pero el maldito gato me lo impide, nada, no puedo levantarme. El móvil deja de sonar y el gato se quita de mi regazo y se tumba en mi sitio. Me levanto a por el móvil en tan solo un segundo y… ¡zas! El gato no me deja sentarme y, por si fuera poco, me apaga la televisión y se va a cenar.
¡¡Vaya día de gatos!!

Lorena Navas Sánchez

4 comentarios:

Anónimo dijo...

alaa que guai lorena! jajaj me gusta muuchoo!!

el guardián dijo...

Crear Creciente crece gracias a ti, Lorena. No dejes de crecer ni de crear.

Anónimo dijo...

Es verdad son muy divertidas las dos historias sobre todo la de simon

Anónimo dijo...

como mola tu historia lorena es muy graciosa