Roberto tenía diecinueve años cuando eligió el camino que no debía: malas compañías y ningún respeto a los consejos de sus padres.
Empezó fumando con nueve años, consumía alcohol habitualmente a los doce y a los quince ya había probado todo tipo de drogas.
Se fue de casa para poder consumir libremente y su mundo había quedado reducido a robos y otras acciones para conseguir el dinero que necesitaba para sus dosis diarias, cada vez mayores.
El resto del tiempo lo pasaba en su mundo de alucinaciones, efecto del consumo. Por lo demás, absoluta soledad.
Un día despertó, se dio cuenta de lo vacía que estaba su vida y decidió huir de ella. Lo intentó hacer de forma decidida y encontró en su camino la ayuda de los suyos (¡qué mejor para una huida que un buen calzado!). Pero para Roberto ya era tarde: las secuelas de la droga como cuervos hirientes le imposibilitaron la huida de ese mundo atroz.
Quedó atrapado en él, vegetando sin vida por fuera y sufriendo en su interior. Las secuelas no le dejaron, fueron aumentando.
Ya era tarde, tanto se metió en el oscuro bosque de las drogas que quedó atrapado para siempre en él.
Empezó fumando con nueve años, consumía alcohol habitualmente a los doce y a los quince ya había probado todo tipo de drogas.
Se fue de casa para poder consumir libremente y su mundo había quedado reducido a robos y otras acciones para conseguir el dinero que necesitaba para sus dosis diarias, cada vez mayores.
El resto del tiempo lo pasaba en su mundo de alucinaciones, efecto del consumo. Por lo demás, absoluta soledad.
Un día despertó, se dio cuenta de lo vacía que estaba su vida y decidió huir de ella. Lo intentó hacer de forma decidida y encontró en su camino la ayuda de los suyos (¡qué mejor para una huida que un buen calzado!). Pero para Roberto ya era tarde: las secuelas de la droga como cuervos hirientes le imposibilitaron la huida de ese mundo atroz.
Quedó atrapado en él, vegetando sin vida por fuera y sufriendo en su interior. Las secuelas no le dejaron, fueron aumentando.
Ya era tarde, tanto se metió en el oscuro bosque de las drogas que quedó atrapado para siempre en él.
Sandra Valladolid
Relato inspirado en el videoclip There, there, de Radiohead.
3 comentarios:
muy bien Sandrita!!! me estas intentando decir que sea un soso?? que no, muy buena historia y que pena que haya tanta gente que se da cuenta demasiado tarde de que ha tirado su vida por la borda!!siento afliccion por ellos,les respeto y tambien les admiro de que hayan ido en contra de este sistema!!
posdata: aunque les haya costado la vida!!
jajaaj Graciias Thomaaas!! Eso de soso no lo entiendo pero ya me lo diras... Un besiito!!!
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