Estoy perdida y lo que buscaba probablemente también, pero ¿qué buscaba? Solo sé que estoy atrapada en un bosque oscuro... ¿es un bosque? Eso creo. Veo algo, una luz se acerca. Solo se me ocurre huir, así que huyo, pero cada vez está más cerca y ni siquiera sé por qué corro, pero sigo corriendo. A medida que la luz se acerca más me pesa el cuerpo, es como un imán, pero me resisto. No pienso, no soy capaz de pensar, mi mente está completamente en blanco. Quiero correr, no quiero que esa luz me alcance. Cada vez la veo más grande, más deslumbrante, pero algo me dice que debo huir, una voz tan potente, tan aguda, tan torturadora que la cabeza me va a estallar. No debo dejar que la luz me alcance. Pero está demasiado cerca y el cuerpo me pesa lo suficiente como para caerme. Me caigo. No puedo levantarme, no puedo siquiera moverme un milímetro y es entonces cuando esa luz me roza. De pronto, la duda, el miedo, la locura, la desesperación se ven claras en mi cabeza. Me empieza a escocer el cuerpo, me tortura y siento cómo se mueve algo en mi interior. Algo está cambiando y no sé qué es, pero ahora solo me preocupa ese escozor que me estremece por dentro. Es entonces cuando la luz termina de ponerse en contacto con mi cuerpo y ahora mi mente ya no está en blanco, ya nada me escuece, ya nada se mueve en mi interior. Esa voz ha desaparecido. Ahora, mi razón, mis sentimientos, mi alma, mis recuerdos, toda yo. Puedo andar, reír, llorar, pensar. Todo ha vuelto, todo aquello que perdí y que buscaba. Me perdí y me encontré. Sin duda alguna ahora sé quién soy. Soy libre, soy persona. Soy... Carolina Calleja.

Carolina Calleja

Relato inspirado en el videoclip There, there, de Radiohead.