Me llamo Carmen y hace dos años atrás pensaba que mi vida no tenía sentido.
Sentía cómo las personas me trataban de una forma distinta, mis amigos, mi familia, todos…
Desde que mi madre murió, todo empezó a cambiar rotundamente. Mi padre se iba a casar con otra mujer, mis hermanos pronto se iban a ir de casa para realizar sus vidas.
Y yo seguía encerrada sin que nadie me ayudara. Mis amigos me daban muchos consejos, pero yo no quería escucharlos.
Ellos me decían que tenía que entender a mi familia y que yo también tenía que empezar a superar la muerte de mi madre. Claro, ellos no entendían mi dolor, porque es muy fácil decirlo, pero sentirlo y vivirlo en carne propia es diferente. Yo sé que ellos lo hacían con buena intención, pero en aquel momento no lo veía.
Poco a poco empecé a aislarme de todo, ya no salía con mis amigos ni con nadie, sentía que todas las personas que estaban a mi alrededor estaban en mi contra.
Ellos nos entendían que mi madre para mí lo era todo, estaba muy unida a ella, pero ellos no lo sabían.
Con el paso del tiempo, empecé a entender todo. Y me sentía culpable porque había sido muy injusta con mis amigos y con mi familia. Pero me entendieron y yo les di las gracias por ello.
Yo sé que mi madre habría querido que todos continuáramos con nuestras vidas, y lo estamos consiguiendo.
Lo bueno es que mi madre está en nuestros corazones y en algún lugar sobre el arco iris.
Lizette Proaño
Sentía cómo las personas me trataban de una forma distinta, mis amigos, mi familia, todos…
Desde que mi madre murió, todo empezó a cambiar rotundamente. Mi padre se iba a casar con otra mujer, mis hermanos pronto se iban a ir de casa para realizar sus vidas.
Y yo seguía encerrada sin que nadie me ayudara. Mis amigos me daban muchos consejos, pero yo no quería escucharlos.
Ellos me decían que tenía que entender a mi familia y que yo también tenía que empezar a superar la muerte de mi madre. Claro, ellos no entendían mi dolor, porque es muy fácil decirlo, pero sentirlo y vivirlo en carne propia es diferente. Yo sé que ellos lo hacían con buena intención, pero en aquel momento no lo veía.
Poco a poco empecé a aislarme de todo, ya no salía con mis amigos ni con nadie, sentía que todas las personas que estaban a mi alrededor estaban en mi contra.
Ellos nos entendían que mi madre para mí lo era todo, estaba muy unida a ella, pero ellos no lo sabían.
Con el paso del tiempo, empecé a entender todo. Y me sentía culpable porque había sido muy injusta con mis amigos y con mi familia. Pero me entendieron y yo les di las gracias por ello.
Yo sé que mi madre habría querido que todos continuáramos con nuestras vidas, y lo estamos consiguiendo.
Lo bueno es que mi madre está en nuestros corazones y en algún lugar sobre el arco iris.
Lizette Proaño
2 comentarios:
Cuando pasamos por experiencias como la de tu relato, Lizette, nos parece que nada tiene sentido, inevitablemente... Los que se quedan son los que sufren, pero la vida sigue y los que están a nuestro alrededor nos necesitan... Y no sabemos si los que se han ido estarán en algún lugar maravilloso, sobre el arco iris... pero lo que sí sabemos con seguridad es que estarán en nuestro corazón siempre, aunque pasen muchos muchos años. Y no es demasiado consuelo quizás, pero es lo único que nos queda: mantenerlos vivos en nuestra memoria.
Me ha gustadO mucho mi niña.
Sabes!!!.Cuando no estas cerca de la persona que querías sea porque esta en un lugar que desconocemos o simplemente porque te ha defraudado te duele tanto que a veces no sabes que hacer.Pero como bien dicen la vida sigue...,pero solo para aquellos que quieran seguirlo.
te quieroO mazoO mi niña
XD
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