29 de mayo de 2009

Nunca dijo su verdadero nombre, siempre la conocimos como Frau Frida. Apenas me la presentaron incurrí en la impertinencia feliz de preguntarle qué hacía tan lejos de su país y a qué se dedicaba. Ella me contestó de un golpe:
- Me alquilo para soñar.
Me quedé pensativa y le pregunté que cómo era eso.
Ella me respondió:
- Yo puedo hacer que tus sueños se hagan realidad.
Yo rápidamente contesté que cómo podía hacerlo. Ella me dijo que primero le tenía que decir mi sueño.
En ese momento me venían tantos a la cabeza que no sabía cuál decirle y entonces pensé en lo que me hacía feliz: el baile y mi familia.
Entonces le dije que mi sueño era ser una gran bailarina, que la gente me conociera por lo que me hacía feliz: el baile. Pero también le dije que quería que mi familia me apoyara y que entendiera que el baile es mi vida.
Ella solo me escuchó y me dijo que pronto nos veríamos.
Pasaron unos meses y no dejé de pensar en esas últimas palabras que me había dicho. ¿Sería verdad que cumpliría mi sueño?
Cuando ya pensaba que era una loca que me había tomado el pelo, recibí una llamada de un gran espectáculo de danza para ofrecerme la posibilidad de participar en él. No me lo podía creer: era verdad.
Sobre el escenario la vi entre las butacas y me vinieron a la cabeza esas cuatro palabras que me dijo nada más conocerla: Me alquilo para soñar.

Coral Castellanos

2 comentarios:

Laura I dijo...

Muy bonita la historia Coral ays la bailarina.

Carolina dijo...

Es que "me alquilo para soñar" suena bien, suena mágico...