Nunca dijo su verdadero nombre, siempre la conocimos como Frau Frida. Apenas me la presentaron incurrí en la impertinencia feliz de preguntarle qué hacía tan lejos de su país y a qué se dedicaba. Ella me contestó de un golpe:
- Me alquilo para soñar.
Me pareció muy interesante pero a la vez raro aquello que dijo, porque no encontraba ningún sentido a su respuesta. Decidí ignorarlo. Tendría tiempo de conocerla más, pues tenía entendido que iba para largo su estancia en este país.
Pasaban los días y nuestra confianza se hacía mayor, ya sabía algo más de aquella bella mujer.
Un día me armé de valor y le pregunté de nuevo por aquella frase. Ella me dijo que vivía de los sueños y le gustaba transmitírselos a la gente de un modo que también pudiesen aprender a soñar, que era una de las cosas más maravillosas que para ella existían en la vida.
Esto me pareció una estupidez absurda y preferí pasar del tema. Pero un día caí en la cuenta de que de ilusiones se vive y las ilusiones a veces, por no decir siempre, son también sueños.
Yo volví de nuevo a hablar con aquella mujer cuyo nombre ignoraba y le dije que me parecía estupenda la idea de soñar y que esperaba que todo el mundo pensase igual que ella. Me miró fijamente a los ojos y me dijo:
- Y yo también espero que tú hayas aprendido mi oficio y quién sabe si a lo mejor un día podemos soñar juntos... los dos solos...
Sara Lázaro
3 comentarios:
Oh! Sara que bonito! jeje pues nada besitos y sigue escribiendo así de bien!!
Sarita esta super chulo0o0... viva!!!!! jajajaj No te qejaes ehhh !! qe te e comentao0o
muyy biienn Saraa, me gusta much00 =)
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