29 de mayo de 2009

Nunca dijo su verdadero nombre, siempre la conocimos como Frau Frida. Apenas me la presentaron incurrí en la impertinencia feliz de preguntarle qué hacía tan lejos de su país y a qué se dedicaba. Ella me contestó de un golpe:
- Me alquilo para soñar.
Me pareció muy interesante pero a la vez raro aquello que dijo, porque no encontraba ningún sentido a su respuesta. Decidí ignorarlo. Tendría tiempo de conocerla más, pues tenía entendido que iba para largo su estancia en este país.
Pasaban los días y nuestra confianza se hacía mayor, ya sabía algo más de aquella bella mujer.
Un día me armé de valor y le pregunté de nuevo por aquella frase. Ella me dijo que vivía de los sueños y le gustaba transmitírselos a la gente de un modo que también pudiesen aprender a soñar, que era una de las cosas más maravillosas que para ella existían en la vida.
Esto me pareció una estupidez absurda y preferí pasar del tema. Pero un día caí en la cuenta de que de ilusiones se vive y las ilusiones a veces, por no decir siempre, son también sueños.
Yo volví de nuevo a hablar con aquella mujer cuyo nombre ignoraba y le dije que me parecía estupenda la idea de soñar y que esperaba que todo el mundo pensase igual que ella. Me miró fijamente a los ojos y me dijo:
- Y yo también espero que tú hayas aprendido mi oficio y quién sabe si a lo mejor un día podemos soñar juntos... los dos solos...

Sara Lázaro

3 comentarios:

Luisa =) dijo...

Oh! Sara que bonito! jeje pues nada besitos y sigue escribiendo así de bien!!

Miriam dijo...

Sarita esta super chulo0o0... viva!!!!! jajajaj No te qejaes ehhh !! qe te e comentao0o

Ana Torrijos dijo...

muyy biienn Saraa, me gusta much00 =)