"–¿Conque no, eh?–me dijo–, ¿conque no? No quiere usted dejarme ser yo, salir de la niebla, vivir, vivir, vivir, verme, oírme, tocarme, sentirme, dolerme, serme: ¿conque no lo quiere?, ¿conque he de morir ente de ficción? Pues bien, mi señor creador don Miguel, ¡también usted se morirá, también usted, y se volverá a la nada de que salió...! ¡Dios dejará de soñarle! ¡Se morirá usted, sí, se morirá, aunque no lo quiera; se morirá usted y se morirán todos los que lean mi historia, todos, todos, todos sin quedar uno! ¡Entes de ficción como yo; lo mismo que yo! Se morirán todos, todos, todos. Os lo digo yo ente ficticio como vosotros, nivolesco lo mismo que vosotros. Porque usted, mi creador, mi don Miguel, no es usted más que otro ente nivolesco, y entes nivolescos sus lectores, lo mismo que yo su víctima..."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Se acuerdan ustedes de don Miguel de Cervantes y de Don Quijote. Pues miren, es otro Miguel, don Miguel de Unamuno, quien lleva el juego de la realidad-ficción a los límites más estrechos, como buen alumno de nuestro gran manco. ¡Salud y vivan los personajes que se sublevan a sus creadores"
Publicar un comentario