29 de mayo de 2009

Nunca dijo su verdadero nombre, siempre la conocimos como Frau Frida. Apenas me la presentaron incurrí en la impertinencia feliz de preguntarle qué hacía tan lejos de su país y a qué se dedicaba. Ella me contestó de un golpe:
- Me alquilo para soñar.
Creo que notó mi sorpresa porque inmediatamente después me dijo:
- Espera, te lo explicaré.
Me cogió de la mano y pidió a los presentes que nos disculparan. Yo la seguí dócil, no me disgustaba y tampoco me pareció peligrosa, así que la acompañé. Me condujo hasta un parque cercano y me pidió que me sentara en un banco. Se sentó delante de mí y me tomó la mano.
- Cierra los ojos -me dijo.
Yo la miré con un ápice de desconfianza (nunca he confiado en las personas que me piden que cierre los ojos). Eso también debió de notarlo, porque me dijo que no había nada de que preocuparse. Accedí temiendo lo peor. Entonces ella me preguntó:
- Dime, Khadija... ¿Cuáles son tus sueños?
- ¿Mis sueños? La verdad es que no lo sé. Nunca me he caracterizado por tener las cosas claras -dije mientras abría los ojos. Ella me miró sonriente.
- La verdad es que lo supe nada más verte... aunque me aseguré cuando no quisiste cerrar los ojos. Bien, pues eso es lo que voy a ayudarte a averiguar. ¿Quieres saber lo que sueñas?
- Bueno... Tampoco pierdo nada por no saberlo ahora, ¿no? -dije esperando que se lanzase sobre mí de un momento a otro. Ella trató de convencerme, lo que no fue muy difícil.
- En realidad quieres saberlo, pero no te atreves porque te doy miedo -dijo adivinándome el pensamiento-. Tranquila, no te haré nada... malo. ¿Quieres saberlo? ¿Sí o no?
- Está bien... Quiero saberlo -contesté muy poco convencida.
Ella me tomó la mano inmediatamente y yo me sentí obligada a cerrar los ojos. Sentí como si me dieran una pequeña descarga eléctrica y de repente empecé a vislumbrar una... una clase. En una de las mesas estaba sentada yo con el boletín de las notas en las manos. De repente las abrí y pegué un grito: "¡He aprobado todas!", gritaba muy feliz. Volví a sentir un calambre. Abrí los ojos y ella me miró muy interesada.
- ¿Y bien? -me preguntó-. ¿Qué has visto?
Yo empecé a irritarme.
- Así que... ¿ese es mi sueño? ¿Aprobar todas? ¿Te ríes de mí o qué? ¿Cómo va a ser ese mi sueño? ¿Qué pasa, que no tengo imaginación o qué?
Ella me miró sorprendida y me dijo:
- No lo entiendes, ¿verdad? Ese es el inicio de tu sueño. ¡Tienes que penetrar en tus sueños! ¡Tienes que ser protagonista, no espectadora pasiva!
Yo seguía sin entenderlo y cada vez me parecía peor lo que me decía. Ella seguía dándome "consejos" sobre lo que debía hacer.
- ¡No te quedes mirando! ¡Haz algo! De repente se le ocurrió una idea. Si quieres... puedo acompañarte y mostrarte lo que debes hacer. ¿Qué te parece?
- Mal -contesté yo preocupándome por mi intimidad.
Al final, como siempre, se las ingenió para convencerme y acabó acompañándome a "mis sueños". No noté la sacudida de la vez anterior. Otra vez estábamos en la misma clase, la misma escena. Frau Frida estaba a mi lado indicándome que tomara mi cuerpo. Lo hice, pero no recuerdo cómo. Para cuando fui consciente de lo que pasaba, ya estaba en el patio del instituto y parecía un día completamente diferente. Ella seguía a mi lado y, aunque no hablaba, yo la escuchaba. Entonces reparé en el resto de mis compañeros. Algunos tenían una especie de humo blanco en la cabeza.
- ¿Qué es eso? -pregunté.
Pero hallé la respuesta inmediatamente
- ¡Son los sueños de todo el mundo! -grité.
Ella asintió con la cabeza. Nos acercamos un poco para ver mejor.
- Parecen ceniceros -dije intentando romper el hielo, pero pareció no hacerle ninguna gracia.
Me sugirió que me callara y empezamos a dar vueltas por el patio del instituto. Poco a poco fui dándome cuenta de que había gente que no tenía ese humo blanco en la cabeza.
- A lo mejor no tienen sueños -dije.
Ella me hizo desechar la idea.
- No es que no tengan sueños, sino que no los conocen. Es imposible conocer todos los sueños y muy difícil cumplirlos sin conocerlos.
Parecía que nadie me veía, todos pasaban a mi lado sin prestarme la menos atención, ajenos a que yo podía conocer cosas de su vida que ni ellos conocían. De pronto vi a un chico. Me estaba mirando, podía verme.
- Así que parecemos ceniceros... -dijo-. Y lo que tú llevas en la cabeza... ¿qué?
Me miré la cabeza. Tenía una gran humareda.
- Demasiados sueños -me dijo-. Tienes demasiados sueños.
Me asusté y abrí los ojos para dejar de verle. Al abrirlos lo encontré frente a mí con los ojos cerrados y agarrando a Frau Frida de la mano. Los dos abrieron los ojos y me miraron.
- De momento él es tu sueño -me dijo Frau Frida.
Y sin mediar palabra le tomó la mano y se fueron juntos.
No lo entendí. Durante un momento perdí la voz y, cuando la recobré, me encontré corriendo tras ellos y gritando:
- ¡Que alguien la pare, me ha robado mi sueño!

Khadija El Fhal

2 comentarios:

Carolina dijo...

Jajaja que mezcla de humor e intriga... Me pregunto cuales serán mis sueños, claro que no quiero que me los roben...=D

katherin▼ dijo...

jajaja...waoO khadi.
Me ha gustado mucho,me he reído y todo.jeje...
Nunca cambies khadi. que sos la mejor persona que eh conocido y
la que más me ha hecho reir__:)
De verdad que me ha gustado.
XD
Y respecto amis sueños...espero que algún día se cumplan.
:)